Desinformación, trabajo y plataformas en Buenos Aires

Acabo de regresar de un viaje muy lindo a Argentina, donde fui invitada por el Instituto francés para participar en varios eventos.

El 12 de mayo, participé en la conferencia “Manipulación Informativa e Injerencia Extranjera: Desafíos Globales y Respuestas Democráticas”, organizada por la Delegación de la Unión Europea en Argentina y por varias embajadas (como la de Francia). En el panel “Cómo contrarrestar la desinformación respetando la libertad de expresión y el derecho a la información”, hablé de cómo la desinformación se financia a través del mercado publicitario que sustenta toda la web, y de la necesidad de regular este mercado. También destaqué la importancia de fortalecer la investigación científica sobre este tema – como en el proyecto AI4TRUST, financiado por la propia UE.

Al día siguiente, tuve dos encuentros con estudiantes de periodismo, en la Universidad Nacional de Avellaneda y en la Universidad Abierta Interamericana, también sobre temas relacionados con la desinformación en internet. Fue un honor y un placer ver, en cada caso, la sala llena y mucho interés. Los/as estudiantes hicieron muchas preguntas y demostraron una gran disposición a aprender y progresar.

Los días 16 y 17 de mayo participé en tres paneles organizados en el marco de la Noche de las Ideas, una iniciativa del Instituto francés que se organiza todos los años y esta vez tuvo lugar en el famoso Teatro Colón de Buenos Aires. Fui en la sesión inaugural sobre el tema de este año, “El poder de actuar”. Además, participé como ponente en un debate muy interesante sobre el trabajo en plataformas digitales que se titulaba provocativamente ¿Nuevas servidumbres voluntarias? Jóvenes y precariedad y en otro sobre la inteligencia artificial: “In A.I. we trust?”. Actuar con y en contra de las nuevas tecnologías.

El 20 de mayo, di una charla sobre “El futuro del trabajo y la IA” como parte del ciclo UBA Digital, en la Universidad de Buenos Aires. Presenté algunos resultados de mi investigación sobre el trabajo digital y su papel en la producción de IA, desarrollada en el marco del programa de investigación DiPLab. Una vez más, me alegró ver a muchos participantes con preguntas muy interesantes. Fuimos acogidos por la facultad de odontología y también tuvimos la extraordinaria oportunidad de visitar la clínica.

The digital labour of AI in Latin America

Another article has just been published! Another one that is based on a DiPLab-based group collaboration (with A.A. Casilli, M. Fernández Massi, J. Longo, J. Torres Cierpe and M. Viana Braz) and that uses data from multiple countries. It is entitled ‘The digital labour of artificial intelligence in Latin America: a comparison of Argentina, Brazil, and Venezuela’ and is part of a special issue of Globalizations on ‘The Political Economy of AI in Latin America’. This article lifts the veil on the precarious and low-paid data workers who, from Latin America, engage in AI preparation, verification, and impersonation, often for foreign technology producers. Focusing on three countries (Argentina, Brazil, and Venezuela), we use original mixed-method data to compare and contrast these cases in order to reveal common patterns and expose the specificities that distinguish the region.

The analysis unveils the central place of Latin America in the provision of data work. To bring costs down, AI production thrives on countries’ economic hardship and inequalities. In Venezuela and to a lesser extent Argentina, acute economic crisis fuels competition and favours the emergence of ‘elite’ (young and STEM-educated) data workers, while in more stable but very unequal Brazil, this activity is left to relatively underprivileged segments of the workforce. AI data work also redefines these inequalities insofar as, in all three countries, it blends with the historically prevalent informal economy, with workers frequently shifting between the two. There are spillovers into other sectors, with variations depending on country and context, which tie informality to inequality.


Our study has policy implications at global and local levels. Globally, it calls for more attention to the conditions of AI production, especially workers’ rights and pay. Locally, it advocates solutions for the recognition of skills and experience of data workers, in ways that may support their further professional development and trajectories, possibly also facilitating some initial forms of worker organization.


The version of record is here, while an open-access preprint is available here.